A menudo hay quienes llegan a creerse sus propias afirmaciones con el propósito de intentar dañar políticamente al adversario. Esto, además de ser evidentemente nocivo, es peligroso, porque les puede depositar en una realidad paralela y hacer que vivan en ella.

Voy a citar un ejemplo concreto. El portavoz del Grupo Socialista del Ayuntamiento de León, José Antonio Díez, hizo recientemente unas declaraciones (tan poco llenas de contenido como de costumbre) en las que manifestaba que el Grupo Ciudadanos retrasaba la gestión económica de nuestra ciudad. Según el señor Díez, desde el Grupo Municipal que integro, estábamos «obstruyendo» y «ralentizando» la agenda financiera del Ayuntamiento al no acabar de dar nuestra aprobación a unos presupuestos que se nos han proporcionado a finales de noviembre.

Estas declaraciones, desde la perspectiva de alguien que no conozca los hechos, pueden llegar a resultar creíbles. Sin embargo, si los hechos se conocen, constituyen afirmaciones cuanto menos sorprendentes.

Mi desconcierto ante las palabras del señor Díez aumenta todavía más teniendo en cuenta que el pasado 24 de noviembre, a través de otro concejal de su mismo grupo, anunció que no apoyaría los presupuestos «sin conocerlos siquiera». Sin embargo, y al mismo tiempo, argumenta que Ciudadanos es quien demora la gestión económica.

¿Acaso somos sólo Ciudadanos los que  tenemos la responsabilidad de dar viabilidad y poner en marcha la maquinaria del Ayuntamiento de León en 2018, como ya hicimos en 2017 y en 2016? Pues desgraciadamente parece que sí. Los demás grupos políticos van a votar en contra, aunque se acepten sus enmiendas, como ocurrió en el 2016 cuando al propio PSOE se le admitieron por parte del equipo de gobierno un número considerable de ellas y aun así se opusieron.

Pero ya lo de este año es, como digo, increíble.

Estos señores, pertenecientes a una etapa de práctica política en incuestionable decadencia, no acaban de entender que los ciudadanos están hartos de una oposición que sólo hace oposición, es decir, que no hace nada y se limita a confrontar todo lo que haga el equipo de gobierno de turno. Las cosas en política ya no funcionan así. Oponerse porque sí sólo perjudica a los leoneses.

El hecho de no haber ganado unas elecciones no debe ser impedimento para colaborar, en la medida de lo posible, en el desarrollo de la ciudad en el período en que se ha sido elegido por los ciudadanos. Y oponerse o apoyar al equipo de gobierno en función de lo que se considere positivo o negativo para la ciudad debe ser la tónica normal. O eso, al menos, creemos nosotros.

Por eso, a partir del inicio de la legislatura, desde Ciudadanos hemos estado trabajando y realizando propuestas para mejorar distintas áreas: asuntos sociales, avances tecnológicos y aumento de oportunidades de empleo, entre muchas otras. Y estamos hablando de proyectos concretos y no de «ocurrencias», tal y como al portavoz socialista le gusta llamarlos. Se trata de una preocupación diaria: aportes reales para que la ciudad de León vaya hacia adelante y prospere.

Ahora bien: reconozco que es más cómodo (y el tiempo dirá si también más rentable políticamente) imponer un «no» de entrada para todo y ver las cosas a través del color del cristal que nos interesa. Aviso a navegantes, señor Díez.